¿Sos consciente que tienes un sistema inmunológico emocional que se activa cuando intentas hacer un cambio en tu vida?
César Isola
Puedes ser una de esas personas que descubre que algo
hay que cambiar. Por ejemplo, una actitud que ves que no funciona bien porque
te produce malestar cada vez que aparece y te molesta o molesta recurrentemente
a otros, una situación en la que parece no tienes mucho que ver (aparentemente):
la relación con mi compañero y/o jefe, un cambio de trabajo por altos niveles
de insatisfacciones : tareas, entorno, remuneración, beneficios, objetivos,
posibilidad de desarrollo personal,… Una necesidad de reorientación profesional
: será esto lo que me hace más feliz? A
pesar de que haber alcanzado los
objetivos a corto y mediano plazo que me propuse….
Existen otras situaciones de cambio forzado: cuando nos
golpea en la puerta la adversidad, contrariedad, .. de un despido laboral,
pérdidas humanas (separaciones, muertes,…), reveses económicos,.. y sentimos la
necesidad de dar respuesta a esto : dejar
tal costumbre, aprender a hacer frente a determinadas situaciones de otra manera,
ocuparme de esta actividad, tratar con personas tóxicas,…
En todas estas
situaciones vemos que la necesidad de cambiar es la forma de seguir “sobreviviendo”
y llegar a situaciones mejores de la que estábamos. Frente a esto, en nuestra búsqueda de soluciones (algunos
están mejor preparados para encontrarlas, otros tardan un poco más y dan más
vueltas) es importante construirse ese “mapa de inmunidad” que Kegan y
Lahey usan para representar : nuestro compromiso visible (es decir, todo
aquello que hacemos para conseguir esa nueva situación y también todo aquello que no
hacemos), nuestros compromisos ocultos que compiten y sabotean a los anteriores ( “… bueno no está tan
mal esta situación respecto a ….”; “ya hice bastante… y no tengo voluntad…”; “no
es el mejor momento por: estos compromisos financieros, …”; “me estoy concentrando más en esto,…es más
importante y urgente”; “me van a tildar
de no saber lo que quiero, esto me hace vulnerable…”; “tienen otra imagen de mi….”). Todo esto no
son excusas : esto es, motivos para no asumir una responsabilidad, eximirse de
hacer algo; sino que son los frenos (lógicos y emocionales: más de este último)
que pones : no están visibles, y son el
verdadero gran supuesto que sabotea el cambio – el tercer
componente de este mapa de inmunidad -. El
mapa es como una radiografía, que nos muestra las verdaderas razones por las
que nos resistimos a los cambios que queremos.
Este mapa de inmunidad actúa igual que un sistema
inmunológico biológico. Es un sistema inmunológico emocional que puede, de
hecho, rechazar algo que sea bueno para nosotros. En medicina se
utiliza la idea de suprimir el sistema inmunológico biológico en alguna
situación para favorecer una intervención, etc..
Los cambios que queremos realizar estimulan el
sistema inmunológico emocional y esto nos permite protegernos de estar sin
defensas ante el peligro. El peligro que percibimos (sentimos) de querer
realizar el cambio. Y entonces respondemos con una receta, procedimiento,
rutina que pensamos (o vimos que le dio resultado a otro). Algo así como actuar
frente a un problema técnico, que con otra técnica se resuelve. Y esto lo único
que hace es re-estimular el sistema inmunológico emocional (las emociones
negativas se harán más presentes, muy profundas) y por ende frenar la
posibilidad de cambio. Entonces … por qué no integrar a la solución todas estas
necesidades emocionales, considerar todo lo que constituye nuestro mapa de
inmunidad? Hagámoslos evidente, véalos, … converse de ellos (con Ud mismo de
forma natural) con otra persona si fuese
necesario. Descúbralo. No intente activar el sistema inmunológico emocional,
para no sufrir.
No es el cambio por
sí mismo lo que causa ansiedad e incomodidad; es el sentimiento de que somos
indefensos ante peligros aparentes. Cuando somos conscientes de los compromisos
alternativos y de los supuestos (MAPA DE INMUNIDAD) , puede aparecer esa
solución creativa (que tú puedes activarla, porque tienes un lóbulo frontal
derecho en la corteza cerebral sin daños), tomar coraje: usar tu fuerza de
voluntad (que también la tienes – si no estás en una situación depresiva -)
para hacer lo que no estás haciendo (aceptando como buenas las emociones que
producen) y usar la resiliencia para
redefinir la situación de cambio. Recién ahora puede echar mano de la técnica, del
procedimiento , para formar esa rutina de acciones, actitudes, que lo lleven
hacia ese compromiso vivible de cambio.
En general, nuestros cambios no
son técnicos, si no más bien, hay que
hacer uso de la creatividad, fortaleza, resiliencia para reinventar ese futuro
deseado. Siendo conscientes de que hay un sistema inmunológico emocional
César Isola
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